La maternidad no es una enfermedad y no es un problema médico. Es un estado natural del ser el cual es benéfico para ambos el padre y la madre el conectarse con el instinto maternal. Cuando el padre se conecta con su masculino instinto maternal normalmente encuentra una nueva calma y abundante forma de experimentar todas las áreas de su vida. Dentro del método Leclaire la maternidad se enfoca como parte integral de ambos hombre y mujer. A pesar de que normalmente el instinto femenino en el hombre se haya dormido, permaneciendo abierto y curioso durante la maternidad y el momento del parto, el hombre puede disfrutar de la magnífica oportunidad de lograr su propia complexión. A través del modelo médico del doctor, normalmente es el hombre quien recibe al bebé, es quien toma control del cuerpo de la mujer interviniendo en alguna forma mecánica o tecnológica. En nuestro modelo racional/intuitivo acerca del parto, la mujer, la persona que la apoya y el bebé participan juntos en el proceso del alumbramiento. Si la mujer ha escogido la persona correcta para atenderla, el o ella serán capaces de cooperar en el proceso natural del parto en lugar de imponer a base de juicios e intolerancia un modelo dictatorial sobre la misma.

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